Friday, November 03, 2006

Oye Carlos, ¿Por qué tuviste que salirte de la escuela esta mañana?


Entre los telefonos y miles de envios erroneos que rodean y giran al rededor mi area de trabajo, siempre hay un tiempo para pensar, que más bien ni se piensa, más bien se recuerda. Hoy por ejemplo he recordado lo que Gaby, una ex compañera de trabajo en la librería el Barco, siempre me cantaba: "Oye Carlos, ¿Por qué tuviste que salirte de la escuela esta mañana? Oye Carlos ¿Por qué tuviste que decirle que la amabas, a Mariana?" lo recordé ahora por el comentario de esa Ché Niña, la mariana, a la que no le dije que la amaba pero si que la queria.
Volviendo a lo que recorde, fueron las noches que pasé recargado contra la ventana de cristal de la librería, viendo como las baldosas rojas de la calle de en frente se iluminaban entre la lluvia y los faroles, con el despertar de los árboles que murmuraban sobre mi cabeza, amenazando por ahorcarme entre sus brazos y ramas misterio, con el lodo en mis zapatos, el cabello humedecido, el frío que golpeaba los ojos y la conciencia. La tranquilidad pesaba sobre esos muros que contenían la privada del Codo. El tiempo se congelaba y todos los libros se abrian para dar vida a lo nocturno, se desvanecia la linea que separa lo leido de la realidad, no hay diferencia entre el ayer y el ahora, entre el norte y el sur. Esa noche noche podia pasar Dorian Gray tratando de ocultarse entre las sombras, que lo consumian y transformaban en un juanete sin cabeza, sobre el caballo blanco de Marcopolo.
Así brotaban las frases, palabras y las letras, todo se mezclaba con el aire "la cabeza en la almohada, la mano en el hombro y la lengua al oido, momento perfecto para convencer al otro", "En un lugar de tu casa, del cual me quisiera acordar ..." todo en un remolino que se disolvia en forma de embudo y me golpeaba la cara, me obligaba a beberlo, hasta que no quedara nada, nadie, resquicio de palabra, hasta que me asegurara que cada imagen iba a quedar grabada en mi memoria, para poder disfrutarlo despues.

3 comments:

la chimuela said...

me encanta cmo escribes!! me imagine mojandome en la calle del codo, visitando a esa tia coda ke tengo por alli :(, se te extraña extraño, cuando crezca kiero escribir como tu
con cariño
"esa Ché Niña"

Agridulce said...

curiosamente recordé días parecidos a los tuyos. igual de lluviosos en los que me la pasaba viendo a la ventana pensando en no-se-qué o no-se-quién.
mugrosos recuerdos

Anonymous said...

wow!!
bellisima narracion...

las batallas...

=)
exelente libro...

en serio felicidades...
con unas palabras lograste hacerme incluso oler la lluvia...